miércoles, 25 de septiembre de 2019

Tu Familia es Tu Mayor Tesoro!


En la vida vamos caminando por diferentes senderos académicos, laborales y recreativos, que nos permiten conocer a muchas personas.

En la oficina, en el barrio, en sitios de interés, en actividades en las que participas, en la iglesia, en fin, en todas partes conoces cada día nuevas personas.

Sin embrago, la mayoría de ellas son personas que pasan momentáneamente por tu vida y solo la tocan de forma tangencial. Los amigos del colegio quedaron en el recuerdo de la misma forma que los compañeros de los anteriores trabajos o los antiguos vecinos.

Todos van pasando, los únicos que siempre permanecen son precisamente TU FAMILIA.

Hoy hay Muchos Ataques para las FAMILIAS

Tanto internos como externos hay muchos ataques hacia la familia. Mensajes que invitan a no comprometerse, a mantener una actitud individual, a compartir cada día menos tiempo, de la misma forma que situaciones como la Infidelidad, la Violencia o el Engaño, son ataques mortales que hoy están viviendo a diario las familias.

¿Es Posible Superar una Crisis?

No solo te decimos que si es posible, sino que incluso es necesario.

De la misma forma que un deportista va superando obstáculos y pruebas para poder asumir mayores retos, es necesario que todos los miembros de la familia se esfuercen por mantener la unidad y superar los problemas que van enfrentando, para fortalecerse interiormente y crecer de forma personal y familiar.

Una empresa que supera una crisis económica sale mucho más fortalecida y normalmente avanza mucho más allá de la situación en que se encontraba antes de la crisis. De la misma manera sucede en el matrimonio y en la familia. Todo matrimonio que después de una crisis decide tomarse aún mas fuerte de la mano y salir adelante, es un matrimonio que normalmente se proyecta mucho más allá de la situación inicial que estaba viviendo; es un matrimonio que deja invaluables lecciones de vida en la formación de sus hijos que les permitirán asumir mucho mejor los retos que encuentren en sus propios caminos.

Si estás pasando hoy por una crisis en tu vida de pareja o en tu vida familiar, te transmitimos toda la fuerza y la determinación para que decidas luchar por los tuyos. No importa si ahora mismo no ves cual es el camino o parece que todo está perdido. Tomar la decisión de luchar por la familia es el primer y más importante paso para superar la situación.

¿Qué debes hacer?

Si haces las siguientes tres cosas, estamos seguros que saldrán adelante como pareja y como familia.

  • Permanecer unidos
  • Acercarse a Dios
  • Buscar el consejo de personas
  • idóneas frente a la situación

Eso es todo lo que necesitas por ahora…
Ánimo, no todo esta perdido, TU FAMILIA es el tesoro más grande que tienes, vale la pena que luches por el!

miércoles, 19 de noviembre de 2014

7 Cualidades para ser la mejor esposa

Desde que era niña mi anhelo más grande fue tener una familia. Una casa grande y bonita. Ser una esposa perfecta y procrear muchos hijos. Hoy mi sueño está cumplido: tengo una familia hermosa, un esposo maravilloso, una nena encantadora y feliz, un hogar que hemos decorado poco a poco, pero con todo nuestro amor. Poseo todo lo que algún día anhelé; bueno, solo me falta un par de niños más, pero debo esperar al tiempo perfecto de Dios.
La cuestión es que hoy los planes de muchas niñas son todo lo contrario a los que yo siempre tuve, y aunque los respeto, debo admitir que siento tristeza al ver que hoy numerosos matrimonios no llegan a realizarse solo por la mera voluntad de amarse y permanecer juntos por el resto de sus días. Y me he puesto a pensar sobre cuál factor determinará que las mujeres ya no sientan esos deseos de comprometer su vida con un hombre, y juntos formar una familia. Quizás sea por dar prioridad a los estudios y el ejercicio profesional, a la búsqueda de independencia y autonomía, o es probable que se deba a lo opuesto: muchas mujeres no se creen lo suficientemente valiosas como para ser dignas del amor de un hombre y responsables para tener y criar hijos. Pero, amiga, déjame decirte que las mujeres fuimos elegidas para ser grandes consejeras y ministras del hogar. Dios ha puesto en nosotras una infinidad de habilidades para concretar todos nuestros sueños, sin necesidad de separarlos.
Soy muy bendecida porque comparto mi vida con un hombre maravilloso, que es inteligente, simpático, responsable, buen amigo y buen padre; y a quien amo de forma incondicional. Y aunque mi sueño siempre fue ser una excelente esposa, debo confesar que por un tiempo, como mujer, me sentí "El patito feo". Hoy me veo como una mujer plena, realizada, digna, valiosa; en fin, me siento empoderada, sí, llena de cualidades inigualables por ser mujer. Quiero hacerte saber que donde quiera que estés, y a donde quiera que vayas, si sueñas con ser la mejor esposa y una madre ejemplar: ¡puedes hacerlo! Dios ha depositado en ti dones para ser esa ayuda idónea, no te dejes opacar por lo que los demás creen saber de ti; cree, más bien, en lo que Dios ha puesto en ti y úsalo para cumplir tu anhelo.
Quiero compartir contigo ocho cualidades que todas las mujeres tenemos, y que es posible utilizar para convertirnos no solo en la esposa que "soñamos" ser, sino para ser la esposa que —entiendo— Dios quiere que seas:
  1. Pureza. Tu esposo necesita a su lado a una mujer pura, moral e intelectualmente; pulcra en su forma de actuar y de pensar; sabia al juzgar y al discernir; congruente en su forma de ser, y que sea un reflejo de él y de su familia.
  2. Perfección. ¡Créelo, eres perfecta!, no necesitas que te practiquen ninguna operación, tu belleza física y emocional son adecuadas para tu esposo. Ya eres hermosa y delicada, lústrate a diario con una sonrisa y con paciencia, vístete de amabilidad y buen consejo, péinate de mesura y honorabilidad, agrada a tu esposo con esto y verás que no habrá para él mujer más perfecta que tú.
  3. Dignidad. Siéntete valiosa y merecedora de todo lo que eres, tienes y haz logrado. No habrá mejor imán para mantener el amor de tu esposo que saber que tiene a su lado a una mujer que se ama, se valora y se respeta a sí misma; eso lo hace admirarte y respetarte.
  4. Fortaleza física y moral ¡Damos a luz! ¿Quieres más? Somos resistentes a la adversidad, no hay nada ni nadie que pueda doblegarnos; somos fuertes física y emocionalmente. No hay nadie como tú, mujer, que resiste de pie todo tipo de batallas y si lo crees, vencerás.
  5. Sensibilidad. Tienes dones especiales: intuición, y un alto grado de percepción; somos generosas y compasivas. Te das cuenta de las cosas y siempre haces mil intentos por dar lo mejor de ti y por encontrar soluciones. Haz sentir orgulloso a tu esposo de que seas tú la parte cálida y amorosa de su matrimonio.
  6. Siempre lista. Desde lejos hueles la batalla y siempre estás dispuesta a actuar; no escatimas ni temes si es por tu familia, siempre estás ahí, arriesgada pero con estrategia, acompañas y das ánimo, y todo eso él lo ama de ti.
  7. Estás llamada para más. No para conformarte, sino para seguir siempre hacia adelante, animada y empoderada. Hemos sido creadas para llegar hasta donde nosotras queramos. Eres el motor de tu casa, tú decides en qué momento frenar.
Solo de recordártelo me emocioné y una vez más, lo volví a creer; hoy lo comparto contigo y deseo de todo corazón que tú también te sientas poderosa de ser mujer, porque sin duda llegarás a convertirte en la esposa que tu marido merece a su lado y amará para toda la vida. Juntos lleven a cabo la mejor tarea del mundo: formar un hogar lleno de amor.
Fuente: Familias .com

martes, 8 de abril de 2014

Reclamos sobre pensión de alimentos prescribirán luego de 15 años.

El Congreso de la República publicó hoy en el Diario Oficial El Peruano la ley que amplía de 2 a 15 años el plazo de prescripción para reclamar derechos derivados de juicios por alimentos, a fin de proteger el derecho de los menores a recibir una manutención de sus padres.
La Ley N° 30179 modifica el inciso 4 y adiciona el inciso 5 al artículo 2001 del Código Civil.
Al modificarse el inciso 4 se establece que los plazos de vencimiento prescriben, salvo disposición diversa de la ley, a los dos años la acción de anulabilidad, la acción revocatoria, la acción indemnizatoria por responsabilidad extracontractual y la que corresponda contra los representantes de incapaces derivadas del ejercicio del cargo.
Asimismo, en el Código Civil se adiciona el inciso 5, donde se dispone que el plazo de prescripción vence a los quince años, cuando la acción proviene de pensión alimenticia.
La norma lleva la rúbrica del presidente del Congreso, Freddy Otárola Peñaranda; y del vicepresidente del Parlamento, Luis Iberico Núñez.

Con la Ley N° 30179 se busca proteger el derecho de los menores a recibir una manutención de sus padres.

viernes, 4 de abril de 2014

Día de la Mujer y sus derechos reproductivos

Sexto Sentido - By Lorena Flores 

Este fin de semana fue el "Día Internacional de la Mujer" y escuché a alguno que otro hombre indignarse porque se celebraba tal fecha. Decían "¿Por qué tiene que haber un Día de la Mujer y no un Día del Hombre?" Qué poca información tienen del mundo en el que viven. 1. Hay un "Día del Hombre" (19 de noviembre) y 2. Se celebra para recordar los derechos ya ganados y los que aún nos faltan ganar.



Las mujeres mujeres estamos limitadas. Nos pagan menos que nuestros colegas, nos siguen considerando menos en los centros laborales (la típica cuando se elige personal y optan por los varones porque las mujeres pueden pedir permiso de maternidad y no es conveniente), hasta hace poco eramos disminuidas dentro de los  servicios militares, sufrimos diariamente violencia familiar y ademas  nuestros derechos de salud y reproductivos están por los suelos. 

Yo aborte. Hace mucho tiempo lo hice. Fue mi decisión y aún considero que fue una buena decisión para el momento que estaba viviendo. Lo que me dañó profundamente fue la impotencia de no tener un servicio de salud competente que me guíe en el proceso y me mantenga sana. En su lugar, tuve que pasar meses con infecciones, días en el hospital y múltiples complicaciones que hicieron mi vida un infierno.


Acá, en Perú, la lucha está dura y la victoria muy lejana. Más que nada porque la religión católica tiene mucha influencia en las decisiones que se tomen en este aspecto. Entretanto la iglesia se siga metiendo en asuntos políticos, solo nos queda ser valientes, contar nuestra historia, difundir los riesgos, apoyar campañas y luchar. Desde la computadora, desde un blog, desde las redes sociales o en la calle con una pancarta. Mientras solo eso podamos hacer en este país, las cosas retroceden en algunos otros que aparentaban ya haber ganado batallas.

En España, a fines del año pasado hicieron una reforma a la ley del aborto. La llamaron "Ley Orgánica de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada" (¿?) Esta nueva ley indica que solamente se podrá interrumpir el embarazo por dos motivos: si la salud de la mujer se encuentra en grave peligro o en caso de violación. Es decir, deja de ser un derecho de todas las mujeres sin importar su situación o circunstancia y vuelve a establecerse como se había regido hasta el 2010. Un retroceso. Ahora la estudiante a la que se le rompió el condón no podrá abortar, ni la mujer con 5 hijos, ni las familias muy pobres, ni la que simplemente quiera hacerlo, etc. A partir de esto hubo muchas protestas y me llamó mucho la atención el blog de Diana López Varela, una española que escribió un texto titulado "Mi coño".

Por su lado está la situación en Estados Unidos, un país de "primer mundo" y que se jacta de ser "más avanzado", "primera potencia mundial". La semana pasada, el estado de Texas pasó una ley que pone trabas a las clínicas abortivas y son más severos en cuanto al servicio que estas puedan dar. Han cerrado varias clínicas que quedaban en zonas alejadas y mujeres de zonas rurales tienen que viajar mucho para poder tener servicios de salud. Esto no disminuye los abortos, esto pone en peligro sus vidas porque, lamentablemente, puede que tomen su salud entre sus propias manos y terminen en serias complicaciones, hasta acabar en muerte.

Fue el Día Internacional de la Mujer y esto pasa en nuestro mundo. ¿Celebrar? No exactamente. Reflexionar sí. Todavía nos falta un largo camino por recorrer y tenemos que ser conscientes de que cada uno debe hacer su parte (los hombres también podrían pensar en sus hijas y en sus futuros). Feliz día porque sí hemos logrado muchas cosas, pero estemos listas que hay batalla por delante.

lunes, 3 de marzo de 2014

Manejo de Conflictos en la Vida de Pareja


Conflictos en Pareja

Todas las relaciones de pareja tienen sus propios conflictos. No existen matrimonios perfectos en los que no existan discusiones, diferencias o mal entendidos.
Hay muchos casos en los que un pequeño problema se ha tornado en una gran crisis. Te has preguntado por qué?

A continuación te enseñare algunas reglas prácticas que puedes aplicar desde hoy mismo a tu propia relación de pareja para manejar adecuadamente los diferentes conflictos que tengan.

Tristemente a muchas parejas les sucede que su relación se va deteriorando por no haber aprendido a manejar adecuadamente sus problemas conyugales. Puede tratarse desde cosas sencillas como ponerse de acuerdo en los oficios domésticos o problemas más complejos como una situación de infidelidad, manejo de las relaciones con los familiares o la economía.
Aplica en tu vida estas “sencillas” reglas y compártelas con tu pareja. No permitas que con cada conflicto que van teniendo, el amor se vaya apagando y ustedes se vayan distanciando. La familia es el tesoro más valioso que todos tenemos y por el que debemos luchar de forma incansable.

Hay muchas “fuerzas y tendencias” en el mundo de hoy que quieren que tu matrimonio se destruya. No quieren que se levante como un remanso de paz y de formación de personas, sino que pretenden imponer el individualismo, el materialismo y todas las otras tendencias que invitan a vivir superficialmente y sin compromiso. Todas estas son tendencias que conducen hacia la infelicidad y el dolor.
Toma el firme propósito de hacer de tu familia una verdadera comunidad de amor y de formación de personas en valores y en fe.

Reglas Para un Buen Manejo de Conflictos en la Vida de Pareja

1. Por ningún motivo se debe cortar la comunicación
No debes colgar el teléfono con agresividad, levantarte de la mesa y mucho menos pasar horas, días y semanas sin hablar con tu pareja. Por difíciles que parezcan los problemas la mejor alternativa siempre es hablar frente a frente.

2. Buscar un lugar adecuado - Ubicarse físicamente cerca - Mirarse a los Ojos
Sostener una discusión en el lugar equivocado le hace mucho daño a la relación. Por ejemplo discutir en la calle, frente a otras personas lastima el corazón porque la situación deja de estar en la intimidad de la pareja y se vuelve algo público. Cuando tengas una diferencia con tu pareja y vayan a hablar del tema, procura que sea en un lugar íntimo donde los dos se puedan expresar con libertad. Procura estar cerca para no darle lugar a los gritos y mira a tu pareja a los ojos para valorarla como la persona que es y no solo encasillarla dentro del problema que tienen en el momento.
Los golpes físicos comienzan con leves incrementos en el tono de la voz.

3. No juzgar - Expresarse a nivel de sentimientos
Evita utilizar expresiones como “tu nunca…” o “usted siempre…” porque este tipo de frases siempre está “condenando” o juzgando a la persona de una forma general, sabiendo que cada problema es algo particular. Adicionalmente exprésate a nivel de lo que estás sintiendo. Por ejemplo, es diferente decir “tu nunca me llamas cuando te vas a demorar”, a decir “cuando estás demorado, me siento nerviosa que te haya pasado algo”.

4. Centrarse en el tema - No sacar temas que de antemano sabes que le van a doler a tu pareja - No sacar cosas del pasado
Un problema conyugal no se puede tornar en una “competencia” de la que uno resulta ganador y otro perdedor. Cuando se pierde la atención del problema que se está teniendo en el momento, es fácil caer en sacar errores del pasado o situaciones que uno sabe que le van a doler a la pareja. Es como una reacción de “no querer perder el combate” y justificar el enojo que se está teniendo.
Enfócate en la situación que originó la pelea, no te desvíes de ella. Si hay otras situaciones de las que también deben hablar, es mejor que lo hagan en otro momento, porque si las traes a colación, lo más probable es que no solucionen ninguno de los problemas y al contrario queden mucho más resentidos el uno contra el otro.

5. No involucrar a terceras personas (Hijos, papá, mamá, amigos, etc)
Los problemas de pareja deben ser resueltos exclusivamente por la pareja. No es bueno involucrar a terceras personas (por buenas intensiones que tengan). Resolver los conflictos a nivel de pareja es una “escuela” que van viviendo los dos, fortaleciendo sus lazos y preparándose para situaciones futuras.

6. Ponerse en los Zapatos del otro
¿Qué está pensando o sintiendo tu pareja?. Qué lo está llevando a decirme lo que me está diciendo?. Aún en medio de la situación de conflicto tu debes estar en la capacidad de ponerte en los zapatos de tu pareja. Trata de sentir lo que el(ella) está sintiendo. No te apartes pretendiendo imponer tu punto de vista o demostrar que tienes la razón.
En el fondo del corazón siempre hay buenas intensiones, lo que pasa es que se ven nubladas por las percepciones erradas o los malos entendidos. No te dejes acalorar en las discusiones que tengas con tu pareja.

7. No dormirse sin haber llegado a un acuerdo
Puede sonar algo utópico o imposible, pero es muy importante ceder y buscar que la armonía de la pareja se restablezca. No siempre es posible resolver todos los conflictos e irse a dormir totalmente en paz, pero si es posible por ejemplo dar una palabra como “se que aún estamos peleando, te propongo que mañana terminemos de hablar de este tema”.
Saca todo el valor que tienes para derrotar el orgullo que te impide decir algo como lo anterior. Tu orgullo te llevará a quedarte en silencio o en indiferencia, pero serás mucho más valiente si sobre pones el amor que tienes por tu pareja por encima de cualquier tipo de conflicto.

viernes, 21 de febrero de 2014

Feminicidio: Sucede hasta en las “mejores familias”

Para entender de qué estamos hablando

A lo largo del siglo XX, millones de mujeres abrieron espacios, crearon oportunidades y participaron en los más diversos ámbitos de la sociedad, la cultura y la política. Mujeres de distintos países dieron vida a la cultura feminista al denunciar la opresión de género y crear una conciencia crítica sobre la condición de las mujeres, así como normas y prácticas sociales modernas y democráticas. Nombraron y definieron la discriminación, la marginación, la explotación y la enajenación genéricas, enfrentaron la falsa creencia sobre la inevitabilidad de la violencia, la sacaron del encierro y el silencio, del tabú y la complicidad.
La violencia basada en género ya es reconocida como un atentado a los derechos humanos de las mujeres y uno de los más graves problemas sociales y de urgente atención. Se sabe que no es natural: la violencia se incuba en la sociedad y en el estado debido a la iniquidad genérica construida por el patriarcado. Es un mecanismo político cuyo fin es mantener a las mujeres en desventaja y desigualdad en el mundo y en las relaciones con los hombres, permite excluir a las mujeres del acceso a bienes, recursos y oportunidades, contribuye a desvalorizar, denigrar y amedrentar a las mujeres y reproduce el dominio patriarcal. La violencia de género contra las mujeres y entre los hombres recrea la supremacía de género de los hombres sobre las mujeres y les da poderes extraordinarios en la sociedad.
Desde la perspectiva feminista se coloca la violencia de género como un problema político en el mundo. A través de investigaciones científicas, se diferencia las formas de violencia, se erradica conceptos misóginos no científicos como el de “crimen pasional” y se define jurídicamente la violencia sexual, la violación, el estupro, el incesto, el acoso, la violencia conyugal y familiar, la callejera, y otras formas de violencia de género: laboral, patrimonial, psicológica, intelectual, simbólica, lingüística, económica, jurídica y política.
La “Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer” (Belem do Pará), señala la siguiente definición:
Artículo 2. Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia física, sexual y psicológica: a) que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer, y que comprende, entre otros, violación, maltrato y abuso sexual; b) que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y c) que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, dondequiera que ocurra.
Mientras que la “Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer” de las Naciones Unidas establece:
Artículo 1. A los efectos de la presente Declaración, por “violencia contra la mujer” se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.
Artículo 2. Se entenderá que la violencia contra la mujer abarca los siguientes actos, aunque sin limitarse a ellos: a) La violencia física, sexual y sicológica que se produzca en la familia, incluidos los malos tratos, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con la dote, la violación por el marido, la mutilación genital femenina y otras prácticas tradicionales nocivas para la mujer, los actos de violencia perpetrados por otros miembros de la familia y la violencia relacionada con la explotación; b) La violencia física, sexual y sicológica perpetrada dentro de la comunidad en general, inclusive la violación, el abuso sexual, el acoso y la intimidación sexuales en el trabajo, en instituciones educacionales y en otros lugares, la trata de mujeres y la prostitución forzada; c) La violencia física, sexual y sicológica perpetrada o tolerada por el Estado, dondequiera que ocurra.
Entre todas las formas de violencia hacia las mujeres, la más terrible, la más definitiva e irreparable es la provocación de la muerte que se ha hecho tan frecuente en nuestros días al punto de merecer una categoría particular: la de feminicidio o femicidio. Este concepto, que aún está en proceso de construcción, pretende ser llevado a categoría jurídica para caracterizar un tipo particular de muertes violentas intencionales de mujeres, relacionadas con la violencia sexista.
“El concepto feminicidio se ha construido para nombrar correctamente la especificidad de un crimen. Es parte de un contexto de discriminación contra la mujer porque –como afirma la CEDAW– ocurre cuando el agresor intenta menoscabar los derechos y las libertades de la mujer, atacándola en el momento en que pierde la sensación de dominio sobre ella” 
Por feminicidio también se entiende
“Asesinato misógino de mujeres por ser mujeres. Indica el carácter social y generalizado de la violencia basada en la inequidad de género… Constituye la forma más extrema de la violencia basada en género, entendida ésta como la violencia de hombres contra mujeres como una forma de poder, dominación o control. Incluye los asesinatos de mujeres ocurridos en espacios públicos y privados, lo que significa que las mujeres ya tienen una historia de reiterada violencia y exclusión social, económica y política basada en género”

Datos que acalambran el alma

En Bolivia –y creo que tampoco en el resto del mundo– no existe información estadística confiable que permita conocer la magnitud que alcanza el feminicidio, los datos están dispersos entre la policía, la fiscalía, los juzgados. En La Paz, gracias al trabajo del CIDEM, que ha establecido el “Observatorio Manuela” sobre feminicidio, podemos tener alguna aproximación que, no obstante, deja por fuera lo que no aparece en los medios de comunicación, porque su trabajo consiste básicamente en escudriñar cotidianamente la prensa para dar cuenta de los mismos.
Una última publicación de esta entidad, fechada el 10 de diciembre del presente año señala que “sólo entre enero y octubre de este año se registraron 71 casos” (entiendo, en el ámbito nacional). Mientras que “entre el año 2009 y el mes de octubre de 2012, en el país se registraron 354 casos de feminicidio, de los cuales la gran mayoría no llegó a una sentencia condenatoria, o simplemente el delito fue tipificado como homicidio por emoción violenta, de modo que el agresor se benefició con la reducción de su pena a dos años de prisión”.
De los 354 casos, “50,85% corresponde al asesinato de tipo conyugal o íntimo, donde el autor del hecho es el esposo o conviviente; el 22,88% de tipo sexual, donde el asesinato se produce tras la violación; el 18,93% al infantil, donde la víctima es niña o adolescente; el 4,24% es de tipo familiar, donde la víctima muere en manos de algún pariente”.
Por lo tanto, no estamos hablando de “casos aislados” sino de un fenómeno que alcanza proporciones horrorosas, irremediables y extensivas a las familias de las víctimas, en primer lugar, y a la sociedad en su conjunto, porque cada feminicidio golpea con toda su crueldad al entorno donde sucede y a cada persona capaz de sentir en carne propia semejante atrocidad.

Sarah Hochsttäter y Denise Lemaitre

Sucedió el día viernes 26 de octubre de 2012 en la ciudad de Sucre. Sarah Hochsttäter, una hermosa joven de 24 años, con 13 semanas de gestación, encontró la muerte en manos de Andrés Abastoflor, su compañero y padre de la criatura. Los pormenores del caso, revelados por la fiscalía el día 31 de octubre, en la audiencia de medidas cautelares del imputado, no dejan la menor duda de su culpabilidad.
Cuando este hombre cometió el horrendo crimen de acuchillar, quemar con colillas de cigarrillos y finalmente asfixiar a Sarah, pese a sus antecedentes de adicción a sustancias psicotrópicas, al parecer no se encontraba en estado tan “inconveniente” como para no tener conciencia de sus actos, puesto que se dio a la tarea de intentar limpiar los rastros de su crimen e incluso modificar la escena del mismo, hecho que fue comprobado por la fiscalía.
No voy a entrar a relatar mayores pormenores de este crimen, asunto que deben esclarecer las autoridades competentes a través de una minuciosa y profunda investigación que lleve al fondo de los hechos sucedidos ese fatídico día de octubre. Desde mi lugar, sólo intento entender qué pudo llevar a este hombre a acabar con la vida de esta hermosa muchacha y confieso que no lo logro, es mayor el horror que siento que todo el marco teórico que manejo, no sólo en este caso sino cada vez que me entero de un hecho semejante.
Sin dejar de poner por delante el principio de que” toda persona es inocente hasta que no se demuestre su culpabilidad”, lo que advierto en este caso en particular es el mayor riesgo de impunidad del feminicida, tratándose de un joven de “buena familia”, tan “buena” que al parecer colaboró con él en el intento de esconder su crimen, tan “buena” que –según denuncias de familiares de la víctima– lo tiene mimado en la cárcel de San Roque de la capital, proporcionándole todos los medios para su “mayor comodidad”, tan “buena” que ya puso a rodar la maquinaria de sus influencias y recursos para impedir que el benjamín termine donde debería terminar cualquier tipo que comete semejante crimen: procesado y condenado, como un reo común sin privilegios de naturaleza alguna.
Como casi siempre, el caso no merece hasta hoy el repudio de la sociedad en su conjunto, son los familiares de la víctima y unas pocas “locas feministas” las que se dan a la tarea de denunciar y mantener a la vista del público el hecho para impedir que termine enterrado en los vericuetos de la engorrosa “justicia” que tan pocas veces demuestra su capacidad de hacer precisamente eso: justicia.
Y para demostrar que no hago un gratuito juicio de valor, por la similitud del caso, traigo a la memoria a Denise Lemaitre, otra hermosa mujer que en la ciudad de La Paz, el 3 de abril de 2003, fue literalmente empujada desde la ventana de un treceavo piso por su enamorado, Herbert Vaca Diez Solís, para hallar la muerte en el mezzanine del edificio. Hasta donde se sabe, gracias a las influencias de su tío, el extinto expresidente del Congreso Nacional, Hormando Vaca Diez, y a las argucias de sus abogados bien pagados, este individuo quedó exonerado de culpa por “errores procedimentales” y hoy goza de toda libertad. 
Ambos “chicos de buenas familias” tienen algo que les asemeja: la protección de sus influyentes familias para impedir que se haga justicia con las víctimas. Esto es algo que provoca mi más profunda rebeldía y condena, sobre todo hacia esta sociedad que es incapaz de enfrentarlas para colocarlas donde se merecen y hacia un sistema de “justicia” tan incapaz, inoperante y corrupto que es capaz de dejarse manipular por la misma para que esos “chicos” queden en la impunidad. 

¿Alcanzar justicia?

El feminicidio se da en todos los estratos de la sociedad, sin excepción alguna; pero, dependiendo del estrato al que pertenecen la víctima y el agresor, suelen tener diferentes “tratamientos”, lo que pone en entredicho el principio de “igualdad ante la ley” de ciudadanas y ciudadanos, no sólo en Bolivia, sino en diversas partes del mundo.
En mucho, es el dinero con que cuenten las familias de unas y otros lo que determinará el mayor o menor acceso a la justicia porque la justicia no es gratuita para nadie. Por una parte, los honorarios profesionales de abogados/as defensores/as se pueden llevar los ahorros de toda una vida de las familias involucradas sin garantía alguna para las víctimas, fundamentalmente, ya que ni bien se inicia un juicio comienza la carrera de chequeras, quien “da más” tendrá mejores oportunidades de que el juicio resulte a su favor, sea por la capacidad de defensores/as que ponen su precio a su fama, frente a otros menos capaces y que cuestan menos, sea por la mayor o menor capacidad económica para “aceitear” la maquinaria de la “justicia”, donde –por otra parte– no se mueve un triste memorial del escritorio de la derecha al de la izquierda sin que medie un “reconocimiento” al/a funcionario/a de turno.
En esas condiciones ¿es posible alcanzar justicia? Francamente, lo dudo. Sin embargo y pese a todo, creo que es deber ciudadano de toda persona con un mínimo de conciencia reclamarla por todos los medios a su alcance.
Tomo partido por las víctimas de feminicidio sin importar de quien se trate y hoy tomo partido por Sarah sin poner el más mínimo resquemor en ello. Lo tomo desde mi lugar de feminista, de mujer, de ciudadana y convoco a la gente a “tomar partido” por ella y por todas las mujeres asesinadas en manos de esposos, concubinos, parejas eventuales o exparejas, quienes suelen llegar a ese extremo como producto de largas historias de aprendizaje y aplicación de la violencia en contra de las mujeres, violencia “naturalizada” por esta sociedad patriarcal que todo lo justifica a fin de mantenernos sumisas, sojuzgadas, ignorantes e indefensas.
Hago eco de las consignas que enarbolan las feministas de todas partes y las familias enlutadas por estos horrendos e irreparables crímenes:

¡NI UNA MÁS, MUERTAS NUNCA MÁS!
¡JUSTICIA PARA TODAS LAS VÍCTIMAS DE FEMINICIDIO!

jueves, 23 de enero de 2014

Podemos retractarnos de la violencia y violación por nuestro agresor? es posible?


Estas semanas han sido alarmantes por el caso de dos denuncias por maltrato físico, psicológico y violación sexual a la mujer por sus propias parejas.

Uno de los casos con mayor relevancia es la denuncia de Stephanie Poon una de las bailarinas del grupo las pecadoras, quien salio a la prensa con una historia desgarradora a contar como su pareja padre de sus hijas la golpeo salvajemente y abuzo sexualmente de ella, es más la pretendía golpear con un martillo y cortar con un cuchillo de pan todo esto delante de su hija menor.

Tras recibir el apoyo de muchas organizaciones que luchamos por concientizar a prevenir la violencia y feminicidio e inclusive el apoyo de la Ministra de la Mujer, el día de ayer volvió  salir a los medios a RETRACTARSE por lo dicho, aludiendo que fue utilizada en un programa de televisión, y que no fue abusada sexualmente, pero las agresiones si fueran ciertas.

Es lamentable escucharla decir que aun ama a ese hombre que hoy se encuentra recluido en un penal, por más que sea cierto que no fue violada pero sí fue agredida y delante de su hija..... es decepcionante ver a una joven madre no tener amor propio ni como mujer ni como madre.


A ello se suma otra joven que también denuncio a su pareja de maltratarla, violarla y robarla, siendo capturado y recluido el supuesto agresor, sin embargo salio a los medios a retractarse....

A todo esto caigo en la incógnita de que es posible que estas mujeres estén siendo coaccionadas?  o simplemente son  mujeres confundidas que requieren ayuda psicológica, porque esto no es un juego es un agresor que te levanto la mano y si lo hizo una vez lo hará siempre, es una relación en el que se perdió el respeto ya nada sera igual, no tiene sentido encubrir esto ni creer que quedara en el pasado, no permitamos ser tratadas de esta manera ni mucho menos trasmitamos esto a nuestros hijos.

Debemos denunciar no quedarnos calladas ante una agresión, y tener amor propio, si tenemos amor propio vamos a saber respetar y amar los derechos de los demás, hagamos las cosas bien, nosotras las mujeres nos merecemos respeto, pero respetemos para recibir lo mismo, tanto los hombres como las mujeres merecemos un trato igual no por ser mujer podemos recibir lastima o hacernos la víctima para dañar a otro ser, reflexionemos y hagamos lo correcto y recuerden .... QUE TENEMOS QUE LUCHAR POR LA IGUALDAD DE DERECHOS ANTE LA SOCIEDAD Y HACER UN ALTO A LA VIOLENCIA FAMILIAR Y FEMINICIDIO.


lunes, 25 de noviembre de 2013

Carta a un Maltratador--- No mas violencia a la Mujer!

Si me dices que me quieres, ¿por qué me aíslas, por qué me controlas?, 
¿por qué te enfadas si quiero ver a mi familia o amigas?, ¿por qué te tengo que dar cuentas del dinero aunque también sea mío?; si me dices que me quieres ¿por qué me amenazas, me pegas, me violas, me matas?
Eso no es amor.
Si hay amor no puede haber violencia.

Todo lo que me haces, no es por mi bien; es por el tuyo. Porque te crees superior.Me tratas como a una niña y debería ser tu igual. Te crees que estoy a tu disposición y a tu capricho, así nos lo enseñan: “el amor es dedicación a tu pareja, el amor es renuncia, es entrega. Yo soy tuya y puedes hacer conmigo lo que quieras”. Es falso. Yo no soy tuya, soy solo mía y la única entrega que debo hacer es entregarme a mi misma para sobrevivir a esta penosa situación, en la que no puedo controlar mi propia vida.

¿Cómo te sentirías tú si tuvieras día y noche a una persona controlando todos tus actos y dictándote órdenes para cubrir sus propios y únicos deseos? ¿Si te dijera desde qué ropa ponerte hasta cuándo debes lavarte el pelo? ¿Cuándo debes hablar o lo inútil que eres porque no trabajas fuera de casa? ¿Si te amenazara o pegara para conseguir sus objetivos? ¿Cómo te sentirías tú si estuvieras prisionero de la persona que dice amarte y que lo hace por el bien de los dos?
No sigas repitiéndome que me quieres, que no lo volverás a hacer. No me des más esperanzas. No me digas que la situación va a cambiar.
Creo que eres un hombre incapaz de hacer frente a las frustraciones y limitaciones propias. Que la única manera de resolver los problemas es con violencia hacia mí, con arrogancia, culpabilizándome de todo lo malo que te pasa, con superioridad para aplacar el miedo de saber que sin mi, no puedes crecerte.

Estoy harta de vivir con miedo, con el corazón en un puño, esperando cómo vas a volver hoy del trabajo. De querer hacerme invisible para que no notes mi presencia y pasemos un rato sin bronca. De querer agradarte para que estés contento. De esperar a ver cuándo y por qué banal razón te cambia el gesto de la cara y se avecina una tormenta imposible de evitar y sin saber cómo acabaré. Estoy harta de sentirme sola, en silencio, de intentar evitar que se enteren en el vecindario, que nos oigan los niños. Estoy asqueada de tus caprichos.

Estoy defraudada porque si esto es el amor y compartir una vida, prefiero estar sola.
Tengo pena sintiéndome tan poca cosa, tan poco valorada y vapuleada a todas horas, de recibir solo desprecios y malos tratos en vez de amor, comprensión y escucha.
Quiero que me dejes vivir en paz. Mejor aún, quiero vivir en paz. Sé que no lo vas a hacer tú. Por eso tendré que dar yo el primer paso. Alguien me ayudará a salir de esta cárcel y empezar una nueva vida, en la que pueda decidir  por mi misma lo que realmente quiero hacer. No va a ser fácil. Pero quiero ser yo, tener ganas de vivir y volver a sonreír.
© Autor: Inma Merino Mugarik Gabe.

Hoy es el Día de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer



Lima, Nov. 25 (ANDINA). La asamblea general de las Naciones Unidas declara el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, cuyo origen se remota a 1960, cuando las tres hermanas Mirabal fueron asesinadas en la república Dominicana por su activismo político.


«Rompe el silencio. Cuando seas testigo de la violencia contra las mujeres o las niñas, no te quedes de brazos cruzados. Actúa.»

Hoy es el Día de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer 

Lima, Nov. 25 (ANDINA). La asamblea general de las Naciones Unidas declara el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, cuyo origen se remota a 1960, cuando las tres hermanas Mirabal fueron asesinadas en la república Dominicana por su activismo político.




jueves, 17 de octubre de 2013

Aquí en nuestro continente América del Sur tenemos el seis por ciento de crecimiento de feminicidio a nivel mundial, sigue creciendo...

 

El portal digital Comunicar Igualdad, Agencia de noticias con enfoque de género, publicó una investigación realizada por The Geneva Declaration -iniciativa diplomática suscripta por más de cien estados nacionales, dio como resultado que el 17% de todas las víctimas de asesinatos a nivel mundial son mujeres, que hay una relación directa entre la tolerancia social de la violencia hacia las mujeres y estos asesinatos, y que de los 12 países con índices muy altos de feminicidios 9 están en América Latina y el Caribe.
Como parte de su tarea de incidencia política para disminuir la violencia armada, la organización realiza investigaciones, entre ellas el informe Carga Global de la Violencia Armada que, en su edición 2011, dedicó un capítulo a analizar qué sucede cuando la víctima es una mujer. En base a ese informe, fue realizada en el 2012 la Hoja Informativa Femicide: a global problem , un proyecto de investigación independiente del Instituto de Graduados de Estudios Internacionales de Desarrollo, también de Geneve, Suiza.
Femicide: a global problem  cuenta todos los asesinatos de mujeres como si fueran feminicidios. Si bien ésta no es la forma correcta de medir este indicador, hasta la fecha es la más accesible ya que no se ajustaron en cada país las mediciones para diferenciar los asesinatos de mujeres por razones de género de los que no lo son. Según la Campaña Únete de la Organización de las Naciones Unidas debe calcularse que la mitad de todas las mujeres asesinadas, lo son a manos de su pareja actual o anterior, es decir que se trataría de feminicidios. A éstos, deberían agregarse los que se producen en la vía pública a manos de personas desconocidas y que frecuentemente están precedidos de un ataque sexual, y los que se producen en el contexto de conflictos armados, entre otros. Si bien no hay una cifra definida, podemos decir que los feminicidios son bastante más del 50% de los asesinatos de mujeres en cualquier lugar del mundo.
Según Femicide: a global problem, alrededor de 66 mil mujeres fueron víctimas cada año de feminicidios en el mundo entre el 2004 y el 2009, lo cual significa el 17% del total de asesinatos que se producen en el mundo, es decir que el 83% restante del total de asesinatos son de varones, es decir homicidios. De los 25 países con tasas altas o muy altas de feminicidios: 14 están en nuestro continente (9 de ellos entre los 12 con tasas más altas): 4 en el Caribe (Jamaica, Bahamas, Belice, República Dominicana) 4 en América Central (El Salvador, Guatemala, Honduras y 6 en América del Sur (Colombia, Bolivia, Venezuela, Brasil, Ecuador, Guyana). Entre los 25 países con altas más altas también figuran Sudáfrica, la Federación Rusa y varias naciones de Europa del Este: Azerbaijan, Lituania y Belarusia, entre otras.
En general se observa una correspondencia entre las regiones con más violencia letal y más altos índices de feminicidios. En estas zonas las mujeres son frecuentemente atacadas en los espacios públicos, muchas veces por grupos o pandillas de varones, y se trata de asesinatos muy poco sancionados por el Estado, es decir que se desarrollan en un ambiente de enorme impunidad.
Sin embargo, hay algunas regiones como Europa del Este y la Federación Rusa donde los feminicidios son proporcionalmente mucho más altos que los índices generales de violencia de la sociedad. Y, por otra parte, hay focos particulares de feminicidios en determinados países que superan ampliamente el promedio nacional: en Ciudad Juárez (México), por ejemplo, en el año 2009, hubo 19,1 feminicidios cada 100 mil mujeres, mientras que el promedio nacional de México para todo el período fue de 2,5. Lo mismo sucedió en Brasil, donde mientras el promedio nacional fue de 4,3, en la región de Espíritu Santo se registraron 10,9 feminicidios cada 100 mil mujeres en el mismo período. En este sentido, una de las conclusiones del estudio es que en aquellas regiones con altas tasas de feminicidios suele haber mucha mayor tolerancia hacia la violencia contra la mujer, con sistemas de justicia ineficaces y ausencia de políticas públicas.
Otro de los hallazgos del estudio es que a medida que aumentan los asesinatos en general en una sociedad, decrecen proporcionalmente los feminicidios. En los 13 países que tenían estadísticas más bajas de homicidios en general, fueron asesinadas aproximadamente 66 mujeres cada 100 varones, es decir que la relación entre homicidios y feminicidios es bastante cercana; pero en aquellos con tasas altas y muy altas de asesinatos en general, fueron asesinadas en promedio unas 14 mujeres cada 100 varones, es decir que se abrió la brecha entre feminicidios y homicidios. Lo cual mostraría que mientras los homicidios (asesinatos de varones) tienen variaciones, los feminicidios se mantienen estables.
También fue medida la violencia íntima y se halló que tiene mucha relación con el grado de violencia social: a medida que aumenta la violencia social desciende proporcionalmente la violencia íntima, aunque no los feminicidios, que se producen mayormente fuera del hogar. En El Salvador y Colombia, por ejemplo, que tienen altas tasas de feminicidios, sólo el 3% de ellos fue cometido por una pareja reciente o actual de la mujer, mientras que en Francia o Portugal (países con bajas tasas de feminicidios): más del 80% de los mismos fue cometido por una pareja actual o anterior.
Pero a su vez, la violencia íntima tiene otras consecuencias como el suicidio de las mujeres durante o después de transcurrida la relación violenta. En Estados Unidos, por ejemplo, está medido que del 35% al 40% de las mujeres que sobrevivieron a situaciones de violencia de género luego intentaron suicidarse; y en la Unión Europea, de todas las muertes vinculadas a situaciones de violencia de género: el 42% fueron suicidios.
El informe también alerta sobre la utilización de armas de fuego: el 60% de todos los asesinatos son a causa de este tipo de armas; y en las casas son un enorme riesgo para las mujeres ya que la mayoría de las veces son usadas para amenazarlas o asesinarlas en lugar de para defenderlas de agresiones externas. En los países con más altas tasas de feminicidios, una gran proporción de ellos son realizados con armas de fuego: mientras en promedio las armas de fuego son usadas en un tercio de los feminicidios alrededor del mundo, en países como Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala y Honduras, estas armas fueron usadas en más del 60% de todos los casos. En Ciudad Juárez, en el 2009, más del 80% de todos los feminicidios fue realizado con armas de fuego.
El informe concluye que mientras es cierto que en los países con más altos índices de violencia en general los varones son las principales víctimas, las mujeres tampoco están seguras en estos escenarios. Y que las armas fuera de control afectan tanto a mujeres como varones. También señalan que si bien aumentó la existencia de datos sobre homicidios y feminicidios, estos son aún insuficientes. Y que es necesario investigar otras formas de violencia letal para las mujeres como los asesinatos debidos a la dote